Familia Anfitriona Alicante

Alojar un estudiante de intercambio es una magnífica experiencia familiar

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Conocer otras culturas hace que abramos nuestra mente. Si lo hacemos desde pequeños, mucho mejor. Alojar un estudiante de intercambio es una forma maravillosa experiencia familiar para conocer y apreciar la diversidad cultural.

La maravillosa experiencia alojar un estudiante de intercambio.

Alojar a estudiantes de otro país y convivir con ellos es una experiencia muy completa , de la cual podemos aprender  mucho.

En los últimos años , nuestra sociedad goza de una diversidad que antes no habíamos experimentado. Hasta hace relativamente poco, conocer a una persona de otro país, raza y/o cultura era algo poco frecuente y exótico. La mayoría de padres no tuvimos un compañero de escuela de otro país, no sabíamos apenas nada de otros niños del mundo. Y eso, afortunadamente, va cambiando.

En muchos hogares  las posibilidades de interacción directa con otras culturas sigue siendo difícil. No siempre existe la capacidad para viajar fuera de nuestras fronteras. Ni siempre realizamos actividades que nos permiten conocer a personas de otras culturas.

Entonces, ¿qué podemos hacer para ayudar a nuestros hijos a conocer otras culturas desde la infancia y enriquecerse con la experiencia? La posibilidad de alojar un estudiante de intercambio durante medio o un curso escolar nos permite  poner a nuestra  familia en contacto con una persona diferente. Alguien que aporte ideas nuevas, que nos muestre que hay otras formas de vida. Que, en definitiva,  nos ayude a eliminar nuestros prejuicios contra gente de otras culturas (aficiones, comida, gustos etc…) y nos muestre algo muy nuevo y diferente. 

Alojar un estudiante de intercambio de otro país es una experiencia culturalmente muy enriquecedora con la que nuestros hijos y nosotros mismos podemos aprender más de lo que imaginamos.

Conocer otras culturas al alojar un estudiante de intercambio.

Muchos niños disfrutan escuchando lo que los estudiantes extranjeros cuentan de sus países o tradiciones. Es como tener una puerta abierta al mundo y descubrir que hay mucho más ahí fuera. Pero de un modo realista y cercano. Al alcance de la mano.  Que permite entender, empatizar y conocer otras realidades e interesarse por las personas y el mundo que habitamos.


Afortunadamente, el mundo está cambiando. Actualmente, desde niños en la escuela hasta posteriormente ya de adultos, estudiamos, trabajamos y convivimos con personas de distinta procedencia, diferentes idiomas, culturas, religiones, costumbres, gastronomías y comportamientos diversos, etc. Alojar un estudiante de intercambio prepara a los niños para verlo, asumirlo y vivirlo con la naturalidad que nuestros mayores no tenían por falta de experiencias. Sin esa barrera invisible y limitante que suponen los prejuicios, los miedos y la ignorancia.

Es bueno que los niños se vayan familiarizando con esa diversidad. Y que aprendan que no necesariamente lo de aquí es lo mejor.

La diversidad enriquece.  Es fuente de conocimiento y reflexión. Facilita el despertar de la actitud crítica, la tolerancia, la aceptación de ideas, de una realidad diferente y, a menudo, sorprendente.


El mundo es enorme y nos queda todo por conocer y descubrir. Si quieres empezar por proporcionar a tu familia ese contacto con el mundo al alojar un estudiante de intercambio, y disfrutar de la experiencia de ser una familia anfitriona, contacta con nosotros.

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